Miedo a conducir tras un accidente: cuando volver al volante se convierte en un reto emocional
Sufrir un accidente de tráfico no solo deja secuelas físicas. A menudo, una de las consecuencias más invisibles —pero también más limitantes— es el miedo a volver a conducir. Algo tan cotidiano como ponerse al volante puede transformarse en una fuente de ansiedad constante, e incluso paralizante.
En nuestra clínica, es común que algunas personas lleguen después de meses evitando conducir, cambiando radicalmente su estilo de vida. Y no es por falta de ganas, sino porque no pueden. La tensión, los recuerdos del accidente, o incluso la sensación de peligro inminente, toman el control.
La buena noticia es que no tiene por qué ser así para siempre.
Cuando el miedo se apodera del día a día
Después de un accidente, es normal tener cierta cautela durante los primeros días o semanas. Pero si ha pasado el tiempo y sigues sintiendo una angustia intensa al pensar en conducir —o directamente lo evitas—, puede que estés desarrollando lo que se conoce como fobia a conducir o amaxofobia.
En algunos casos, este miedo está vinculado a un trastorno de estrés postraumático (TEPT), especialmente si el accidente fue grave o traumático. En otros, aparece como una respuesta de ansiedad anticipatoria: el cuerpo y la mente se preparan para un nuevo “peligro”, aunque objetivamente no lo haya.
¿Qué señales indican que este miedo va más allá?
- Evitas completamente coger el coche, incluso en trayectos cortos.
- Te sientes inseguro o con pánico al pensar en conducir.
- Has reducido tus actividades diarias (trabajo, ocio, viajes) por no querer conducir.
- Al volante, experimentas síntomas como sudoración, taquicardias, mareos o confusión.
- Te sientes culpable, frustrado o incomprendido por no poder hacerlo como antes.
Lo que necesitas saber: no estás solo
Este tipo de miedo es más común de lo que parece. De hecho, se estima que una de cada tres personas experimenta miedo al conducir en algún momento, y tras un accidente, estas cifras aumentan notablemente.
Buscar ayuda no es signo de debilidad. Es una forma de recuperar autonomía, seguridad y confianza, y en Ronda Salud lo vemos cada día con las personas que acompañamos en terapia.
¿Cómo puede ayudarte la psicología?
La intervención psicológica permite trabajar el miedo de forma progresiva, segura y adaptada a cada caso. Algunas de las técnicas que utilizamos en consulta incluyen:
- Exposición gradual en imaginación y en la realidad, siempre acompañada.
- Técnicas de relajación y control de la ansiedad para afrontar los síntomas físicos.
- Reestructuración cognitiva, para trabajar los pensamientos que mantienen el miedo.
- Desde Ronda Salud Psicólogos Granada acompañamos este proceso con enfoques especializados para el tratamiento del trauma, siempre adaptados a las necesidades de cada persona.
Recuperar la confianza es posible
Volver a conducir sin miedo es un objetivo alcanzable. Requiere tiempo, paciencia y el acompañamiento adecuado, pero se puede. Si has pasado por una experiencia traumática en la carretera y sientes que ese miedo te está frenando, en Ronda Salud podemos ayudarte a dar el primer paso para recuperar tu libertad.
Conducir no debería ser una fuente de sufrimiento. Si lo es, quizás ha llegado el momento de escucharte y pedir apoyo.