¿Sufres rabietas o agresividad?
Los trastornos de conducta son problemas de comportamiento que interrumpen la vida diaria de un niño
Trastornos de Conducta, agresividad, rabietas en edad infantil
¿Problemas emocionales? ¡Déjanos ayudarte!
Algunos trastornos de conducta infantil son:
- Trastorno oposicionista desafiante (TOD): Los niños con TOD tienen problemas para seguir las normas y pueden ser rebeldes y desafiantes hacia los adultos.
- Trastorno de conducta (TC): Los niños con TC tienen comportamientos agresivos y destructivos y pueden tener problemas para respetar a los demás y sus propiedades.
La agresividad es un comportamiento en niños que puede suponer sólo una forma normal de expresar emociones o de explorar el mundo a medida que aprenden y desarrollan su personalidad. Las rabietas son un comportamiento común en los niños pequeños y pueden ser una forma normal de expresar frustración o de pedir atención.
Sin embargo, la agresividad y/o rabietas excesivas o inapropiadas pueden ser un problema y pueden afectar la salud mental y física de un niño y su capacidad para tener relaciones saludables con los demás.
Para llevarte más allá de las palabras, aquí puedes conocer a Trinidad Aparicio, Psicóloga, que nos hablará de los Trastornos de Conducta en la Infancia. Ver vídeo.
Algunos síntomas comunes de los trastornos de conducta en niños y adolescentes pueden incluir:
- Comportamientos agresivos o destructivos, como peleas, amenazas o dañar propiedad.
- Dificultad para seguir las normas y las reglas.
- Rebeldía o desafío hacia los adultos y personas de referencia.
- Dificultad para controlar el comportamiento o la actividad.
- Problemas para mantener relaciones saludables con amigos y familiares.
- Bajo rendimiento escolar o dificultad para mantener el foco y prestar atención.
Aunque no se conoce exactamente por qué algunos niños desarrollan trastornos de conducta, se cree que pueden ser causados por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Algunos de estos factores pueden incluir:
- Dificultades para regular las emociones.
- Problemas de aprendizaje o retraso en el desarrollo.
- Trastornos mentales, como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o el trastorno oposicionista desafiante (TOD).
- Experiencias de vida estresantes o traumáticas, como el abuso o la negligencia.
- Influencia de modelos de comportamiento agresivo, como la televisión o la violencia en el hogar.
- Problemas en el hogar o en la escuela, como el divorcio o el rechazo por parte de los compañeros.
Lo primero que debes hacer es consultar con el profesional adecuado, que en estos casos es el psicólogo/a, para que pueda diagnosticarlo y tratarlo adecuadamente. Piensa que pedir ayuda es el primer paso para poder, pedir ayuda no es un síntoma de debilidad sino de valentía. Todos necesitamos ayuda en algún o en muchos momentos de nuestra vida, pedirla es lo más natural que podemos y debemos hacer.